sábado, 30 de noviembre de 2013

Crítica de "Winter kills" de Devildriver 8/10

No es ninguna novedad que DevilDriver son uno de mis grupos favoritos. La máquina de groove californiana se está convirtiendo en uno de los elementos clave de la evolución del New American Metal. Su sexto álbum en poco más de una década confirma su gran capacidad para fabricar grandes éxitos sobre la base de riffs poderosos y la voz de un Dez Fafara convertido en una gran estrella del Metal, por méritos propios.

DevilDriver han logrado un sonido singular, perfectamente reconocible, y son sinónimo de calidad porque sus producciones son, siempre, impecables. Suenan con una claridad envidiable. En el lado negativo sitúo el empeño por rellenar el Cd con demasiados temas que, al final, diluyen la inspiración. Sobran cuatro canciones que, dependiendo de las escuchas, pueden llevarte a la sensación de cierta repetición.

Hay temas que tienen una definición tan brillante que el mayor problema de la banda es ya crónico: su imposibilidad por plasmarlos en directo. Pocos grupos son tan diferentes en disco y en directo. Aún así, "Winter kills" es un faro de referencia para saber lo que es el buen Metal explosivo. De los discos del año.

Probad: "The appetitte", "Ruthless", "Sail" (versión de Awolnation).
La versión Deluxe trae un DVD con un directo en Alemania.



jueves, 28 de noviembre de 2013

Crítica de "Feast" de Annihilator 8

No hay mejor manera de reencontrarse con una gran banda que con un disco de talla notable como es este. Annihilator nunca alcanzaron la primera línea del Thrash Metal, pero creo que ahora van a llegar más arriba que nunca. "Feast" reúne todas las cualidades positivas que la banda puede mostrar: virtuosismo instrumental, inspiración para componer éxitos atemporales, y variedad. Jeff Waters es una máquina de alta precisión, no lo vamos a descubrir ahora, pero esta vez desborda componiendo, grabando el bajo, haciendo coros, produciendo, mezclando y ejecutando unos riffs de maestro. Él es el alma de Annihilator, y algo más.

Hay variedad porque encontraréis temas que bordean a Slayer ("Deadlock"), el Metal actual ("No surrender"), una balada ("Perfect angel eyes") o todo a la vez ("Fight the world"). Tal es así, que se me antoja muy estrecha la etiqueta clásica de Thrash para un grupo como Annihilator. Hasta la portada es la mejor que eligen desde "Alice in hell", con Pilar Rubio haciendo de zombie, excelentemente caracterizada por cierto, y fotografiada por Rebeca Saray.

La edición de lujo trae la portada en 3D y un Cd con sus éxitos regrabados de manera que ganan aún más fuerza: "Set the world on fire", "Stone wall", "Bloodbath" y así hasta 15. Altamente recomendable.

Probad: "No way out", "Deadlock" o "Fight the world"



martes, 19 de noviembre de 2013

Crítica de "Resilient" de Running Wild 6'5/10

El nuevo trabajo de los alemanes Running Wild, héroes del Heavy Metal épico y pirata, tiene una virtud y un defecto. La virtud es su honestidad. Y su defecto es el realismo. El disco es honesto en la medida en que da lo que este grupo puede dar de sí en el año 2013: es más lento y menos inspirado que sus obras clásicas, y eso no intenta camuflarse con arreglos de producción ni trampas de estudio que luego, por razones obvias de desgaste, no serían capaces de trasladar al directo. Running wild son una banda como todas: no pueden sustraerse al paso del tiempo y, aunque siguen sonando de esa forma tan particular, con sus míticas guitarras dobladas y estribillos con gancho, hoy en día no alcanzan el nivel que tuvieron en el pasado. Pero ahí radica el reconocimiento al mismo: no engañan. Si te gustan, el disco de gustará. No será uno de sus clásicos, pero tiene momentos que te acercan a la emoción.

Su defecto es que siendo tan realista, uno se queda con sed de más. Es como si condujeras un coche de seis velocidades y no pudieras pasar de la cuarta. Algunas canciones se acercan a la inspiración que les caracterizó en su etapa dorada, pero a medida que pasa el disco esas se diluyen entre otras más flojas. Aún así, es de alabar que, a día de hoy, no intenten engañar a nadie. Llegan hasta donde llegan, sin trampa ni cartón. Incluso la portada intenta reverdecer clásicos diseños y se queda en un buen intento, porque le falta fuerza y originalidad. Aún así, dadle una oportunidad. Saborear de nuevo ese regusto de Heavy añejo le vendrá bien a vuestras orejas.

Probad: "Soldiers of fortune", "Fireheart" o "Bloody island"



domingo, 17 de noviembre de 2013

De vuelta

Saludos amigos y amigas,
llevo unos largos meses de inactividad en este blog que algunos seguisteis durante algún tiempo, lo sé. Lo primero, y casi lo único, disculpas por no haber dado explicaciones, aunque no había mucho que decir. Simplemente perdí las ganas y me quedé sin cosas que decir. Pero creo que eso ha pasado. Al menos, por ahora. Considero que el Heavy Metal está pasando un gran momento, y me apetece dejar escritas algunas reflexiones. Así que antes de nada, perdonad que haya ignorado vuestros comentarios o las peticiones de reseña de vuestros discos o conciertos. No puedo prometer que no vaya a pasar de nuevo, pero sí que intentaré que no ocurra.
¿Gran momento en el Metal, he dicho? Sí, aunque algunos lo dudéis. Hay razones para hacerlo, al menos en España. La crisis económica ha empapado todas las capas de la sociedad y también a la cultura, a la música y por tanto al Metal. Sellos, promotoras, salas de conciertos, pubs, baretos y hasta grupos lo han dejado ante la falta de ingresos y, lo que es peor, de expectativas y esperanzas. ¿De dónde me saco lo del gran momento? La realidad es que de negatividad podría poner decenas de ejemplos que confirmarían el desastre en que nos hemos instalado, pero hay que ver lo que sucede fuera de aquí. Y fuera hay mucho, y bueno.
En mi propia ciudad, Bilbao, la queja es constante: la programación musical de las instituciones, sobre todo del ayuntamiento, es rácana con el Rock, acaba de cerrar la sala Rock Star Barakaldo, que nos dejará fuera del circuito de las grandes giras al que habíamos entrado con las eternas Madrid y Barcelona, las bandas locales se quejan de que apenas nadie acude a sus conciertos y los dedos acusadores apuntan a intermediarios y negociantes varios que se llevan lo poco que se puede sacar de un género musical que, a pesar de su indudable penetración social, sigue siendo visto como minoritario y, a veces, hasta marginal.
Insisto, aquí las cosas están mal. De acuerdo. Pero el Heavy Metal está en ebullición en todo el mundo. Es innegable. Es imparable. Supongo que quienes os toméis la molestia de leer esto pasareis de los 30 años. ¿Cuando descubristeis este estilo, imaginabais que una de vuestras bandas estaría llenando los cines con una película en 3D? Sinceramente, no. Hoy eso sucede: Metallica arrasa en prestigiosas salas de todo el planeta con esa “Through the never” que nadie era capaz de imaginar cuando hace 25 años decidieron grabar su primer vídeo-clip ("One"), en un ejercicio de traición para muchos entonces. 
El Heavy Metal es un movimiento inexpugnable porque 40 años después las leyendas Black Sabbath han colocado su último disco “13” en lo más alto de las listas, otra vez. En algunos casos, conquistando puestos a los que nunca habían llegado. ¿Os imaginabais algo así la primera vez que escuchasteis “Paranoid”? Ni de broma. Los virtuosos de lo extremo Carcass regresan y lo hacen con otra obra maestra. Korn, que reinventaron el estilo en el decenio de los 90, tienen nuevo disco y en él rayan a grandísima altura.
El Presidente de Uruguay, el gran Pepe Mujica, va a construir viviendas sociales con el dinero que saque de la subasta de una guitarra de Aerosmith, una poderosa televisión como La Sexta escoge la música de AC/DC como promoción para esta nueva temporada, grandes cadenas multinacionales de ropa como H&M venden camisetas de grupos icónicos, y la última tendencia en ropa femenina y complementos son las calaveras y las tachuelas. Es la socialización del Metal. Definitivamente ha salido del gueto. Quizás debemos amoldarnos a ello, comprender que esto ya es otra cosa y hasta reciclarnos. Pero se ha conquistado la pervivencia de la música.
Me diréis que son ejemplos banales y puede que sea cierto, en parte. Os créeis que no hay regeneración, pero eso tampoco es exactamente así. Vale, se están acabando Judas Priest, Scorpions, Motorhead, Iron Maiden, Kiss y otros, y pensáis no hay relevo. Pero sí lo hay. Slipknot, Machine Head, Volbeat, Sabaton, Lamb of God, Avenged sevenfold y otros llenan recintos incluso de mayor aforo que algunos de los anteriores. ¿No han alcanzado el estatus de leyendas? Quizás no para vosotros, pero otra generación viene detrás y no piensa igual. Y tampoco son menos que vosotros. Hay que abolir el clasismo en el Metal.
Asisto a festivales en los que la pasión es extrema. Wacken vende 70.000 entradas en dos días. Veo en Youtube documentales de países musulmanes en los que muchos jóvenes se expresan a través del Metal, algo que no sabían ni que existía hace diez años. Observo conciertos en América Latina y la explosión de adrenalina que se da entre el público. Es un movimiento planetario, arrasador. Su esencia está más viva que nunca. A lo mejor somos nosotros los que estamos en declive. Sí, tú, que no aplaudes ni un tema en los conciertos a los que vas. Ni te molestas en mover el cuello. Tú, que menosprecias a las nuevas bandas sólo porque a sus conciertos van quinceañeros, como si nunca hubieras tenido esa edad.
El Metal está vivo a pesar de que aquí padezca un bache, y mí aún me quedan ganas de vivirlo. Así que vuelve Metalbitacora.

PD: Ya veremos por cuánto tiempo...

lunes, 14 de enero de 2013

Crítica del documental "Barón Rojo. Larga vida al Rock N' Roll" 7'5/10

No importa en qué década hayas nacido, si amas el Rock duro, Barón rojo seguramente formarán parte de tu imaginario personal. Evidentemente, cuando más te acerques a los primeros años del decenio de los 80, más conexión tendrás con ellos, pero si no es así al menos debes ser consciente que no ha habido otra banda que cante en castellano más importante en este género musical. Las razones son claras: su música es extremadamente pegadiza, sus letras son ricas literariamente y fueron los primeros en romper las fronteras españolas para penetrar en el mercado europeo. Tocaron con algunos de los más grandes del momento, entre ellos en el mítico festival de Reading, y la leyenda Bruce Dickinson fue uno de los que se subió con ellos al escenario, al igual que Michael Schenker. Otros han ido lejos, como Héroes del silencio, y han tenido influencia, pero Barón rojo están ahí, para siempre.

La reciente gira de reunión de la formación original, con motivo del 30º aniversario de su fundación, dio pie a Javier Paniagua y Jose Sancristóbal a elaborar un documental que refleje ese momento del reencuentro e indague en qué supuso la banda y por qué se separaron. Según los propios autores, a quienes pudimos hacer preguntas en directo en el festival Dock of the bay de San Sebastián, donde se proyectó la película, confesaron que no pesaron los tres objetivos por igual, porque ellos básicamente querían inmortalizar la reunión.

Si hay algo que puede dejar cierta sequedad de boca entre el fan más acérrimo es que se echa de menos un recorrido un poco más detallado por los orígenes del grupo y etapa más existosa. Apenas una entrevista del mítico Ángel Casas en la terraza de un bar (que se puede ver en Youtube), un momento inimaginable en la televisión de hoy en día, a la vuelta de Reading, y algunos otros guiños casi a modo de flash, y nada más. El resto es una reconstrucción de la gestación, preparación y desarrollo de la gira que, en 2010, sirvió a miles de fans, entre ellos a mí, para ver por una vez en la vida a Hermes Calabria, Sherpa y los hermanos Carlos y Armando de Castro, tocar juntos sobre un escenario los temas legendarios del Barón.








La cinta empieza con un ritmo lento, incluso forzado en algunas escenas, como cuando Hermes y Sherpa se "reencuentran" para hablar de la posible gira. Pero poco a poco se nos van ofreciendo retales personales, familiares, musicales e íntimos de los cuatro músicos, y la emoción empieza a empaparnos. ¿Por qué se separaron? Por fin lo sabemos: simplemente porque no se tragaban. Creo que los elementos explosivos son Sherpa, por su creativa y arrolladora personalidad, y Carlos de Castro, un hombre serio, metódico, formal y recto. Hermes es la inocencia personificada (descacharrante escena cuando habla de "Avatar"), y Armando está, como es lógico, con su hermano, con quien comparte algunos rasgos. No hay un motivo económico, personal o de disensiones musicales, simplemente, era imposible la convivencia porque, como ellos mismos reconocen, "nunca fuimos un grupo".

Es demoledor el retrato que Armando hace de Sherpa: "tiene un elevadísimo concepto de sí mismo", que con el modo en que se entona significa exactamente que es un ególatra. Eso tiene su réplica cuando, a la vuelta del concierto en Barakaldo, es Sherpa quien va en el coche enojado porque "ni siquiera se han despedido, un adiós, un algo... Ni eso!". Nos cuentan una historia triste, la de una banda extremadamente fecunda, que llegó más arriba que nadie, pero que no pudo perpetuarse por desafecciones personales. El desgarro es total cuando se ve al pobre Hermes volver a sus clases de batería y a su negocio de instrumentos, cuando él sólo quiere tocar. En ese momento, el espectador fan sólo se pregunta "pero por qué demonios no os llevais bien?". Todo eso lo viví y lo escribí tras el concierto de Barakaldo, donde no sólo no saludaron al final todos juntos, sino que ni siquiera se acercaban unos a otros.

Al margen de eso se pueden observar imágenes de varios conciertos de esa gira (especialmente Madrid y Bilbao), y de los ensayos, e incluso tomas especiales en acústico de algunos de los músicos en solitario. Descubrimos a Carolina Cortés, pareja de Sherpa, y mente crucial en la composición de muchos temas, quien probablemente ni siquiera suene para muchos fans porque siempre quiso huir de los focos, y a algunos de los hijos de los músicos, sus casas, managers y otros que intentan explicar lo que sucede.



Además, están los relatos de algunos periodistas como El Pirata o Mariskal Romero, y músicos como Bunbury, Carlos Escobedo de Sober, o los cantantes de M-Clan y Asfalto, además de Juan Aguirre de Amaral. En palabras del director, pretendían demostrar con esa selección que Barón Rojo trascendía al Heavy, aunque haya sido un grupo sobre todo de heavies. Es destacada también la aparición del productor Chris Tsangarides, quien trabajó con ellos en el disco en directo y que en su currículum atesora trabajos históricos con Judas priest o Anvil.

Estoy seguro de que no es el documental que tú harías, pero te resultará muy útil para comprender el universo creativo y humano de una banda irrepetible. Se han tenido que resignar a ser irrelevantes por separado, y a que su convivencia fuera imposible juntos. Pero los temas que compusieron ahí quedan, para siempre. Ojalá algún día puedan arrancar las flores del mal y darle larga vida al Rock N' Roll con sus cuerdas de acero. Emocionante.