Pocas bandas hay en la actualidad dentro del Heavy Metal que supongan un seguro tan firme como los suecos Hammerfall. Con una trayectoria brillante, una facilidad pasmosa para componer riffs pegadizos y estribillos que invitan a cantar, y una capacidad admirable para no sonar repetitivos haciendo casi siempre lo mismo, esta banda ha subido otro peldaño más con este nuevo disco que, desde luego, no es el mejor de su carrera pero que tampoco desmerece a los anteriores, y ya sólo por ese hecho merece estar en nuestra colección. "No sacrifice, no victory" incluye temas que se convierten en clásicos a la primera escucha, una de sus típicas baladas, una épica instrumental y una versión del "My Sharona" que, probablemente, sea la peor que he escuchado en los últimos años.
El trabajo se abre con el single "Any means necessary", un tema típicamente Hammerfalliano, con una base muy a lo Maiden clásicos y un estribillo marca de la casa. Sin embargo, siendo una canción que a la primera se sabe que es de los suecos, uno detecta el aroma que introducen los dos nuevos componentes del grupo: Pontus Norgren como segundo guitarra por Stefan Elmgren que se fue a trabajar de piloto, y Magnus Rosen por Fredrik Larsson al bajo.
Ese nuevo toque que aportan los nuevos componentes se aprecia sobre todo en el segundo tema, "Life is now", que arranca con un interesante ritmo heavy para ir languideciendo a través de unos coros edulcorados que acabarán haciendo de esta canción una pieza prescindible. Si alguien se pone pesimista por ello, enseguida aparece la pesada guitarra de "Punish and slave" para sacarnos de dudas. Con ella, la temperatura sube y, a partir de ahí, el disco fluye de la manera que se espera de la banda. El momento más memorable del trabajo llega con "Legion", una canción fantástica que a la primera escucha entra, como si fuera un grupo de Templarios aplastándote a lomos de sus caballos. Dobles bombos, guitarras dobladas, un estribillo épico y la voz de Joacim Cans en su más elevada excelencia metalera. Un clásico.
A semejante trallazo le sigue la balada "Between two worlds", un tema bien estructurado, que encaja con su tradición de introducir alguna lenta en sus trabajos. Los guiños a Maiden vuelven con otro punto álgido del trabajo, "Hallowed be my name", de nuevo pesada -en el mejor sentido del término- con una parte central destinada a levantar los puños en los conciertos. La instrumental "Something for the ages" es tan buena que te entran ganas de meterle la letra por ti mismo. Creo sinceramente que la han desaprovechado despojándola de melodía vocal. Podía haber sido otro verdadero temazo. El sonido de los instrumentos da la medida de la brillante producción de Charlie Bauerfeind, suena todo perfecto.
La recta final está marcada por "No sacrifice, no victory" y la típicamente propia como "Bring the hammer down", que es otro trallazo dirigido por el doble bombo y por unos coros que encajarían perfectamente en discos como "Renegade". Es decir, que es otro temazo para su repertorio. Quizás me quedaría con la penúltima, un verdaero himno metalero "One of a kind", con subidas, bajadas, lentos, rápidos y más rápidos aparte de unas letras que consiguen simplemente que te sientas bien, que disfrutes de una de las mejores bandas del Heavy Metal en la actualidad. Se han ganado su puesto. De nuevo la influencia Maideniana se deja notar, sobre todo en la segunda parte de la canción.
Como decía al principio, la versión del "My Sharona" de The Knack me parece muy pobre. Es un simple cover regrabado con las guitarras un poco más altas. No parece que tenga sello ni la identidad propia de Hammerfall. De escucharla sin saber que con ellos no acertaría a saber quiénes la tocan. Aparte de que no pinta nada en un disco así. Vale que la quieran tocar en directo, pero no hacía falta grabarla.
En definitiva, Hammerfall vuelven a colmar las expectativas con este disco que, por cierto, está siendo un éxito de ventas, alcanzando estos puestos: 2 en suecia, 7 en Alemania, 20 en Suiza, 21 en el Reino Unido, sección Indies, 25 en Austria, 46 en Noruega y 95 en Francia. Por algo será. El sábado les veré en Barakaldo junto a Sabaton y Bullet, y espero contaros cómo suena esto en directo.
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