sábado, 8 de mayo de 2010

Crítica de "Sting in the tail" de Scorpions 7'5/10


Tratar de hacer justicia a 40 años de carrera musical con un solo disco es imposible. Ni aunque se pretenda hacer con un directo o un recopilatorio amplio se lograría. Si encima se trata de un grupo que ha marcado a cientos de miles de personas con sus temas, bien himnos rockeros bien baladas, el reto se torna desafío. Es lo que ocurre con el que será el último disco en estudio de Scorpions, “Sting in the tail” (Veneno en el aguijón), que ha florecido en esta primavera de 2010 para dar paso al invierno de una vida sin música en directo cuando los teutones cuelguen sus instrumentos.

Escribí en su momento que, para bien o para mal, los Scorps han decidido ser el primero de una larga lista de grupos que se irán retirando en 5ó 10 años por cuestiones inevitables de edad. Ser los primeros de los grandes en decir adiós les honra, aunque prometen una larga gira de despedida durante más de dos años.

Soltado el rollo introductorio de rigor, al lío. ¿Está a la altura “Sting in the tail” de una retirada para una banda con ellos? Depende de lo que espere uno. Si espera un buen disco de Hard Rock, movido, variado, con buenos riffs y baladas épicas, sin duda. Si se espera un clásico, habrá un puntito de decepción. Concretando, en mi opinión, han facturado un buen disco que merece la pena escuchar pues de sus 13 canciones algunas acabarán siendo himnos. Al tiempo.

Diría que estamos ante el mejor trabajo de Scorpions tras el lejano y noventero “Crazy world”. Siempre es arriesgado escribir estas cosas, pero así lo pienso, aunque en él se incluyen temas prescindibles. La nota es un compendio de este disco, de lo que se esperaba de él, de lo que me temía tras su racha “pseudoemo”, y de la emoción que nos embarga ante su retirada. Pero píllatelo si te gusta el buen Hard.

La primera melodía de guitarra de “Raised to rock” (¿Algún cantante ha entonado más estribillos con la palabra Rock en la historia que Klaus Meine? Sólo en este disco, hay tres) te atrapa como en los mejores himnos de Meine, Schencker y Cia. Es una canción emocionante, vibrante, al estilo “Rock you like a hurricane”.



En su despedida repuntan la senda recuperada –afortunadamente- en “Humanity” y nos ofrecen varios temas poderosos, con guitarras heavies como hacía años que no recordábamos en ellos: “Slave me”, que dura menos de 3 minutos y tiene un solo muy punzante; “No limit”; la rápida “Rock Zone” (qué bien se conserva aún la voz de Klaus!); “Spirit of rock”; en fin, que no falta el buen Hard, para nada.

Otra cosa que no faltan son las bandas: están las predecibles, como “Lorerei”, estilo “Send me an angel”, y que a pesar de que todos sabemos lo que va a ser y por dónde va a ir mantiene el virtuosismo de Scorpions a la hora de emocionar con los lentos. También es muy pausada y suave “Sly”, pero hay dos lentas que son, en mi opinión, lo mejor del disco, dos canciones cumbre que merecerán estar para siempre en nuestra memoria: “The good die young” y “The best is yet to come”.

The good…” cuenta con la preciada participación de Tarja Turunen y es un medio tiempo sensacional, con un crescendo muy atractivo. El ritmo es muy magnético, y Meine vuelve a mostrar un dominio muy grande a la hora de conducir las notas de guitarra y de base rítmica. Del estribillo, y el trasfondo que le hacen las guitarras, mejor no decir nada. Escuchad y dejaos llevar. Es un verdadero cañonazo a pesar de ser de ritmo pausado.



Aún así, todo el disco merece la pena sólo por la última balada. A lo largo del trabajo se respira la despedida por momentos (“Sting in the tail”, “The good die Young”, “The spirit of rock will never die…”, etc.), pero el adiós definitivo llega con un típico y tópico “Lo mejor está por venir” estremecedor. Creía que ya nunca llegaría una balada de los Scorps a alcanzar niveles de tal ampulosidad, pero me trago mis augurios. Esta canción me parece majestuosa, digna de un gran final. Los coros son para gritar en la habitación, en el coche, en cualquier parte pensando en hacerlo en el concierto final, despidiéndoles, gritando junto a ellos. Te quedas con ganas de más.



De lo peor, pues también hay. El mismo tema que titula al disco es muy flojo, con un talk box bastante pobre; o el extra “Let’s rock” (otra vez Rock), perfectamente prescindible. Pero es perdonable siendo la última vez. Sí tenían veneno, todavía, sí.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Aupa Dani.Buena critica del disco , después de algunos trabajos mediocres de Scorpions, me parece un disco muy digno para su final. Canciones al estilo Scorpions,particularmente me gusta mucho "Turn you On" .De las valadas estoy un poco trillado desde su famosisimo "Still Love In You" . Ahora solo falta que pasen por aquí, para poder verlos. Saludos Juan.

Dani Metalbitacora dijo...

A mí también me rayan "Still lovin' you" y "Wind of change", pero no sé, las de este disco me suenan a nuevo... Aunque es probable que me acabe cansando igual... Abrazos