Delirio al final |
Rock Star Live. Megapark. Barakaldo
22 de enero de 2011
25.50 euros
Si no quisiste ir, lo siento por ti. Lo siento de verdad porque deberías haber estado. Creo que ayer asistí a uno de los mejores conciertos que se han celebrado por aquí en los últimos meses. Accept ofrecieron un auténtico recital de clásicos de su repertorio, y lo hicieron en volandas, porque el público les acompañó constantemente. Hubo una conexión perfecta. Yo soy, ya sabéis, de los que me quejo de la cierta apatía que se extiende poco a poco entre los asistentes a conciertos de Heavy metal, y es algo que no alcanzo a comprender. No es la primera vez que alguien me mira mal por un toque mientras salto o bailo. Generalmente, algún aburrido que se piensa que está en la ópera o en el cine viendo Avatar. Sí, eres un aburrido, no pongas esa cara ahora también.
Ayer fue distinto. Ayer me reencontré con el público auténtico. Y daba gusto. También es cierto que la media de edad era distinta, era más alta. Estaban muchos de los que crecieron en los ’80 con los clásicos del Heavy, y tengo la impresión de que al grupo alguien se lo dijo, porque desgranaron un repertorio absolutamente adecuado para la ocasión. Varió bastante con respecto a otros conciertos de la gira, en los que la verdadera columna vertebral de la noche era el último disco, y cayeron temas que creo que será muy difícil volver a escucharles en vivo. “Losers and winners”, “Son of a bitch”, ”Neon nights”… Eso sí, diré que eché de menos “Blood of the nations”, la que da título a su último disco, y que me parece un gran tema.
No me detendré demasiado en detalles, creo que lo esencial es eso, y además los vídeos hablan por sí solos. El público, de 10. El grupo, muy bien. Muchos veíamos por vez primera a Mark Tornillo, y nos llevamos una grata impresión en general. Nos sorprendió en el disco, y ha logrado subir al carro de Accept a gente joven que nunca se habían fijado en la banda. Sólo por eso merece un reconocimiento. En algunos temas creo que su volumen estaba bajo, pues había detalles que no podía captar, pero quizás fuera mi posición, ya se sabe que la Rock Star no es el auditorio de Viena.
Pero me sorprendió una cosa, no es él el máximo protagonista. Es más, ocupa un lugar que, sin ser un discreto segundo plano, es evidente que no es el de ariete de la banda. Tornillo se aparta de la escena en numerosas ocasiones para dejar paso al verdadero jefe, que es Wolf Hoffmann, con su guitarra y sus solos. Junto a él, Peter Baltes en el bajo también tiene gran protagonismo, sonríe y motiva al público constantemente. Herman Franck sigue siendo muy discreto, sin apenas moverse de su sector, el derecho del escenario, salvo cuando hacen las coreografías a tres o a cuatro.
Escuché alguna que otra crítica a Tornillo. Según algunos asistentes, imita a UDO. No estoy de acuerdo. Su timbre se parece al de UDO, pero la voz de Tornillo es más versátil, afronta nuevos registros, dentro de los esquemas de una banda como Accept, que tampoco es que sea la innovación musical pura y dura. Pero Tornillo hace lo que hacía UDO y algo más. ¿Le falta algo? Claro, el carisma del orondo militarizado. Pero la sala estaba casi llena, y en Barcelona han agotado entradas, y en Madrid otro llenazo. Accept están en forma, colega. Y eso es gracias a Tornillo. Posiblemente, Accept, y quizás Journey también, sean los únicos grupos grandes que han sabido reinventarse con cantantes distintos a los que les llevaron a la cima.
Abrieron con “Teutonic terror”, que empezó un poco en frío, aunque fue ganando poco a poco. “Bucket full of hate” enlazó enseguida, y realmente no sé por qué, ya que en el último hay otros mejores y más adecuados para el directo. Pero la cosa iba a más. Y entonces, poco a poco, nos fueron desvelando cartas que no esperábamos, y una lluvia de clásicos de los ’80 que fueron animando a la gente hasta que fue el público, como decía, el que acabó llevando la batuta. En “Metal heart” la celebración fue total, con todo el mundo coreando el ritmo intermedio, algo parecido ocurrió con “Princess of the dawn” o “Restless and wild”. Disculpad por no haber apuntado el repertorio, y la memoria me falla, porque el concierto no fue conrto precisamente, pero salvo “I’m a rebel”, creo que cayeron todas las que podíais esperar y alguna más. Por supuesto, "Fast as a shark", y el remate macarrísima con "Balls to the wall"
Llevaba varios meses esperándoles, y me han dejado satisfecho. Por los comentarios que había fuera, el resto del público salía como yo. Me alegro de haberles visto, y me alegro de que el Heavy Metal haya recuperado a una banda como Accept. Los jovenzuelos de Linkin Park y elementos de ese estilo debían haber entrado a la sala, para saber cómo hay que comportarse en un concierto de Rock. Si estuviste, gracias a ti también. Estuvo genial. Conciertazo.