domingo, 26 de junio de 2011

Crónica del concierto de Avenged Sevenfold en Madrid el 24 de junio de 2011

Avenged Sevenfold + Vita Imana
Viernes, 24 de junio de 2011
Palacio de Vista Alegre, Madrid
32 euros
Duración: hora y media aprox.
Asistencia: 5000 personas

Llegaba a Madrid como cabeza de cartel una de las bandas con mayor proyección del panorama metalero actual, los estadounidenses Avenged Sevenfold, y allí nos fuimos, a comprobar si todas las vicisitudes que les han rodeado hasta ahora son coincidencias o, por el contrario, cumplen el arquetipo de una gran banda de Rock en ciernes, dispuesta a recoger el testigo que los grandes del metal están a punto de ceder. A7X cuentan ya con cinco discos de estudio, a pesar de su juventud, y un enorme éxito en Estados Unidos, donde el trabajo que nos presentaban, “Nightmare”, entró directamente al número 1.

Normalmente una banda de dimensiones gigantescas suele agrandar su leyenda con otro tipo de sucesos, y en este caso, eso también se cumple. La prematura muerte de su batería The Rev hizo temer por la desaparición del grupo, que sin embargo acabó sorprendiendo a todos al incorporar a Mike Portnoy, quien a su vez abandonaba a Dream Theater. Cuando pasan cosas así, uno ya piensa en serio que estos chicos se quieren comer el mundo y a lo mejor hay que darles una oportunidad.

Lo primero que llama la atención es la diferencia de público con respecto a los últimos conciertos a los que he asistido (Cinderella, Stryper, Down…), aquí la media probablemente no sobrepasase los 22 años. Había gente muy joven, seguramente para muchos su primer gran concierto, y eso convirtió Vista Alegre en una olla con el público entregado desde el minuto 0.

Se coreaba constantemente Sevenfold, hasta que los teloneros, Vita Imana, saltaron a las tablas. No puedo aportar muchos detalles con respecto a ellos dado que desconozco su repertorio y el sonido del que disfrutaron fue especialmente malo. Al menos desde nuestra posición, en el tendido alto, a donde llegaba todo demasiado embarullado. En el foso mejoraba bastante la calidad del audio, como comprobamos más tarde. Eso sí, durante la actuación de Vita ya se vieron algunos pogos concurridos. La banda mostró buena actitud, con saltos y carreras constantes. Por cierto, es novedosa su aportación en la rítmica con un equipo de percusión que complementa al bajo y a la batería. Me pareció que la etapa más tribal de los Cavalera en Sepultura ha tenido que ver algo en la apuesta de estos chicos.



Volvimos a la calma y a escuchar Sevenfold, Sevenfold, durante el descanso, que se amenizó con el “Powerslave” de los Maiden y algunos temas de Motorhead, hasta que se apagaron las luces, a eso de las 22:30. Realmente, la salida a escena de A7X estuvo envuelta en un clamor tan atronador que sentimos estar, realmente, ante una gran banda. De hecho, fue imposible escuchar los primeros acordes de “Nightmare”, el primer single del último disco, ante el griterío de la gente, que alcanzó, como se puede ver en el vídeo, el culmen cuando Shadows salió a escena con su atuendo característico, gorra y gafas de aviador.

Cuidadito con Shadows. Este chico posee cualidades. Domina varios registros: la tralla, las transiciones, los medios tiempos, es capaz de hacer variaciones en el timbre que modifican la voz complemente de una canción a otra, y el tono es semejante durante todo el concierto. No es que se explaye demasiado con el público, pero lidera la situación constantemente. Me pareció lo mejor, junto con el batería. El resto del grupo estuvo correcto. Sin fallos. Sin destacar.

Hacía tiempo que no asistía a un concierto en el que la gente se supiera las canciones de principio a fin. Y no hablo de los himnos, pues este grupo ya tiene seis o siete nada menos, sino a cualquier canción del repertorio. Esto no pasa habitualmente en los conciertos. Si fue una noche entretenida, lo fue también por el público. Aunque habrá que decir que los pgos, en algunos casos, parecían de juguete. Más surrealista si cabe era el hecho de que hubiera gente de seguridad vigilándolos desde el perímetro, sin entrar en ningún momento, o que vigilantes de seguridad pasearan entre el respetable para vigilar si se fumaba. A uno que yo sé no le pillaron, aunque estuvieron a punto.

Critical acclaim” supuso la transición hacia esa delicia que es “Welcome to the family”, una trallazo diseñado para saltar de principio a fin, justo antes del cual nos dio la bienvenida a la familia A7X. Allí estaba la masa, para seguir con sus botes el ritmo de los riffs. “Almost easy” y “Buried alive” me demostraron que son capaces de mantener un tono alto durante la primera media hora de concierto.

En este tema tuve que escuhar el comentario del típico analista que se te sienta al lado en los conciertos: "esta parte se parece al "Orion" de Metallica". Honoris Causa del Heavy, el chico.

En ese momento se para, Shadows se acuerda de Sullivan The Rev, y le dedican “So far away”, que es un tema entrañable, pero que muchos aprovecharon para repostar, evacuar, y en nuestro caso, colarnos en el foso.



Porque luego viene el que es, a mi juicio, la mejor composición de su repertorio: “Afterlife”, que sonó tan bien como en el disco. Homenajearon a sus influencias más cañeras con “God hates us”, donde la camiseta de Pantera que lucía Shadows cobraba más sentido. Preguntó cuántos estábamos viéndoles por primera vez, y casi todo el mundo levantó la mano. “A little piece of heaven” fue el contrapunto que demuestra que también pueden ponerse sensiblotes y contentar a la gran parte de su público que son féminas. Había muchísimas chicas. Defendemos la igual en el Metal también.



Bat country” cerró la primera parte, retomada con “Unholy confessions”, con esa parte de prolongación dedicada a los circle pits. Bastante inofensivos, insisto. Y la fiesta terminó con “Save me”, que es un tema de 10 minutos que no debería cerrar un show.



Quizás no fue el concierto de nuestras vidas, pero creo que vimos a una banda que, si sabe mantener este nivel, y sostener una evolución lógica, está muy cerca de la cima. Y no hablo de una cima efímera, como las de Korn o este tipo de grupos que gustan 8 años y luego se diluyen. Hablamos de una cima de pervivencia, como los grandes. Los realmente grandes. En sus manos está. A la gente ya se la han ganado.

lunes, 13 de junio de 2011

Vídeos del concierto de Cinderella en Barakaldo

Estos son los primeros vídeos del concierto de Cinderella en la sala Rock Star Live de Barakaldo este pasado sábado 11 de junio