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sábado, 27 de febrero de 2010
Crítica de “Français por une noit. Live aux Arènes de Nîmes 2009” de Metallica 8/10
Metallica populus que Nimus
“Anno M M IX post Christum natum,
Quattuor gladiatores, cum ex
Longinquis locis venissent,
In nemausensi amphitheatro
Depugnaverunt.
Ubique resonavit crepitus
Metallicorum armorum.
Cruor et sudor effusi sunt.
Populus clamore plausuque
Laudavit fortes gladiatores.
Haec est illorum fabula”.
¿Qué valor añadido puede tener hoy en día un DVD en directo de Metallica, cuando casi todo el mundo tiene algo en directo de ellos, oficial o pirata? Básicamente, creo que para hacerse con material de este tipo son necesarios dos requisitos: un buen repertorio y que el concierto tenga algo especial. Calculo que tendré una decena de conciertos de Metallica, en audio y en vídeo, y ya a estas alturas no es que me motive mucho capturar novedades.
El concierto de Nimes contiene algunos atractivos ante esa exigencia: el repertorio es sensacional, pues teniendo en cuenta que se trata de la gira World Magnetic Tour 2009 incluye temas nuevos de “Death magnetic”, pero la selección de clásicos merece la pena. Sólo por abrir con “Blackened” y “Creeping death”, añadir “Fade to black”, “Dyers eve” y “Motorbreath” el concierto ya merece ser visto. Pero es que además está filmado en el anfiteatro romano de la ciudad gala de Nimes, que es verdaderamente espectacular. El anfiteatro se conserva en muy buenas condiciones, y su forma circular permite que se monte un escenario abierto por el que los músicos se mueven con total libertad.
Ningún espectador pierde contacto con Metallica en ningún momento, y su ubicación puede ser frontal dependiendo del lado en el que decida cantar Hetfield. Además, la intro clásica de “El bueno, el feo y el malo” gana un punto de emotividad en este emplazamiento, que se ilumina de manera tenue y con tonos azules antes de que la banda salte al escenario. Su salida se filma también cuando caminan por el túnel de las catacumbas que desemboca en la arena.
Personalmente, me sigue sorprendiendo cómo un grupo al que he visto varias veces en directo, cuyos conciertos me he estudiado, y cuyos temas los tengo chapados me sigue generando sensaciones especiales en momentos concretos. El primero de ellos, cuando suena la intro. Ver y escuchar cómo el público recibe las notas de Morricone taraeándolas sigue estremeciendo, al igual que los primeros riffs de “Blackened” o el “Die, die” masivo de “Creeping death”. No sé por qué, pero yo siento algo especial una y otra vez.
El anfiteatro presenta su grandiosidad cuando el fuego y la pirotecnia de “Fuel” se disparan en la oscuridad. Al grupo se le muy cómodo, compartiendo un trozo de historia, dice Hetfield, y pidiendo el apoyo de los gladiadores de Metallica. La duración, de casi dos horas y cuarto, tiene también picos bajos, especialmente cuando se juntan dos temas recientes, si bien la recta final es demoledora.
“Master of puppets” (precedido por unas notas de la Marsellesa) más “Dyers eve” hacen un cóctel explosivo, en medio de una descarga cuyo peso recae sobre todo en James Hetfield. Hace tiempo que veo a Lars Ulrich cada vez más limitado, tratando de ocultar sus carencias musicales sobreactuando e improvisando en momentos innecesarios, con añadidos en su batería que lo único que consiguen es desviar la atención del resto. La simpatía de James compensa este lunar, agrandado a cada año que pasa. Kirk y Trujillo completan una puesta en escena con corrección. Al primero no le sobra simpatía, aunque no niego que ponga de su parte, y el segundo hizo bastante con acoplarse a una banda en descomposición cuando él llegó. Se le recordará porque contribuyó a levantar el vuelo, pero dudo de que sea capaz de ayudar a retomar momentos de brillantez compositiva. Trujillo no es el bajista que hará olvidar a Cliff Burton. Aún así, veréis “One” y haréis reverencias.
Es un buen concierto, al que se le puede sacar algunos fallos. En algunos momentos la realización es mejorable, con algunos planos que no están a la altura del momento, cosa que me extraña pues ha sido Canal + Francia quien factura el concierto. También echo de menos por momentos que los músicos interactúen algo más entre ellos, porque sus movimientos son muy individuales en todo momento, aunque es de justicia señalar que están siempre pendientes del público. Pero tiene razones suficientes como para que os hagáis con él.
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1 comentario:
Para lo bueno y para lo malo, Francias es Francia :)
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