martes, 23 de agosto de 2011

Crítica de "Between the devil & the red blue sea" de Black Stone Cherry 8/10

Está claro que esto no son los años 80, y que el buen Hard Rock no ha atravesado un momento tan dulce como aquel desde entonces, así que cuando aparece en escena una banda que aplica esa receta con maestría los seguidores del género no podemos más que rendirnos y dejarnos llevar por sus ritmos. Black Stone Cherry, un joven combo de Edmonton (Kentucky, Estados Unidos) es uno de esos grupos que parecen ir contra la historia y contra la dirección mayoritaria del Rock N' Roll. Con su tercera publicación insisten en un Hard Rock melódico con toques sureños y profundamente yankees para reivindicar un estilo que, aunque no lo parezca, sigue teniendo muchísimos seguidores.

En su país son bastante conocidos, y aunque no se han trabajado convenientemente Europa, sí han dado muestras de su hacer en festivales como el Download. Creo que en España sólo se han dejado ver por el Metalway y poco más. Si les conoces, esta nueva entrega es más y mejor de lo mismo. Y si no, ya va siendo hora de que les des una oportunidad. Este tercer disco quizás destaque por un tono un tanto más potente en el conjunto, hay más temas duros que en sus dos anteriores trabajos, lo que obliga a reforzar voces, guitarras e incluso la batería, que hasta ahora pasaba bastante desapercibida en la música de Black Stone Cherry.

Sus letras tienen un sabor a familia, amor, amigos y diversión que ya han ensayado con anterioridad y que le dan un cariz realmente emotivo a su música, como el medio tiempo "Won't let go" o la bellísima balada final "All I'm dreaming of" ("Todos mis sueños son buenos tiempos, buenos amigos y alguien a quien amar, sin miedos, sin lágrimas/ Todo lo que sueño es una casa en la colina y alguien a quien amar, lo que sueño es que brille el sol y cielos azules ahí arriba"). He de confesar que estos chicos tienen la tecla mágica de la emoción entre sus virtudes, y que hay canciones que consiguen estremecer, como ya hicieron con otras composiciones como "Things my father said" o "Hell and high water"



Los pilares de la banda son la voz del cantante y guitarrista Chris Robertson, con un timbre sumamente peculiar y reconocible, que domina bastante bien ya sean canciones duras y rápidas, medios tiempos o baladas, que de todo hay, y unas guitarras poderosas que por momentos se acercan al Metal sin complejos, y en otras ocasiones parecen seguir la senda de Lynyrd Skynyrd.



Las dos primeras, "White trash millionaire" y "Killing floor" son dos temas cañeros que ya apuntan la dirección del trabajo y que ya te hacen pensar que no te has equivocado con ellos. "Blame it on the boom boom", "Change" y "Let me see you shake" son de lo más duro de un álbum que luego exprime el Rock más americano en "Like I roll", con esas referencias a viejas guitarras, a los Rolling Stones sonando en la radio y al sol de California. ¿A que os suena todo eso? En total son 12 nuevas canciones más 3 extras ("Staring at the mirror", "Fade away" y "Die for you").



"Between the devil & the red blue sea" es una buenísima continuación a "Folklore & superstition" y "Black stone cherry", y en él se puede apreciar el talento de estos jóvenes que además se caracterizan también por una constancia en el trabajo que seguramente les llevarán a derribar cada vez más barreras, sin olvidar que cuentan desde el principio con la cobertura de Roadrunner records, algo que no todos pueden decir. Grupos así mantienen vivo al Hard Rock clásico.

No hay comentarios: