Crítica de "Death Magnetic" de Metallica 9'5/10

“Death Magnetic” es el mejor disco de METALLICA en 20 años. Este es el disco que llevo esperando desde que hicieron “…And Justice For All”. También han hecho el primer tema instrumental auténtico de METALLICA en 20 años desde “To Live Is To Die”. Bienvenidos, chicos.” (Mike Portnoy, batería de Dream Theater)

No he encontrado una cita más apropiada ni de alguien tan prestigioso para comenzar esta crítica. Vaya por delante que desde 1991 ("Black album") no había hecho otra cosa que ir perdiendo progresivamente la esperanza de que los cuatro jinetes ocuparan de nuevo el trono que les pertenece: el de la mayor banda de Metal que jamás ha conocido este planeta, pero este nuevo disco va a cerrar muchas bocazas que daban a Metallica por perdidos. La primera, la mía.

Desde finales del decenio de los '80 fui un gran fan de Metallica, no lo oculto por si alguien me acusa de favoritismo; pero cuando hace cinco años escuché los primeros acordes de "St. Anger" es difícil que alguien se cabreara más que yo. Era la última cornada de este toro sonoro que había entrado en declive desde el mediocre "Load", que había aumentado su decadencia con el flojo "Reload", y que luego había languidecido poco a poco hasta acabar o bien al borde de la ruptura como grupo, o bien abandonados por unos seguidores que no comprendían cómo una banda tan genial podía caer tan bajo. Unos tiempos que han quedado para la posteridad en el estupendo documental "Some kind of monster" que explica cómo funcionan nuestros mecanismos mentales, tan débiles e impredecibles. Especialmente en esa escena en la que el manager del grupo pregunta: "Si una persona ha logrado todo y tiene todo, ¿Qué razón hay para levantarse cada día de la cama?"

Efectivamente, estuvieron cerca del abismo, pero este regreso es una demostración de que el que tuvo, retuvo, y de que sólo los más grandes son capaces de renacer como Ave Fénix para firmar uno de los mejores discos del año, y sólo el tiempo dirá si de la presente década. Sí, no es amor de fan. He leído a algún bloguero afirmar que si este puto disco lo hubieran sacado Machine Head o Trivium los críticos estarían aplaudiendo con las orejas. "Death magnetic" es un disco excelente. Es, de lejos, el mejor disco que Metallica pueden publicar a día de hoy, septiembre de 2008.

¿Y qué me hizo estar el viernes día 12 a primera hora de la mañana en la tienda de discos para comprarlo? Pues, sencillamente, que en lo más hondo de mí aún había una pequeña llama de esperanza; aparte de que en directo han continuado demostrando que son gigantes (sólo eso les ha mantenido con vida); y, por qué no, que me daba buena espina que hayan recuperado el logo clásico: esa M y esa A afiladas, esas que llevábamos con orgullo en nuestras camisetas. Ya escribí hace unos días que las primeras entregas de "Death Magnetic" ("Cyanide" y "The day that never comes") me producían dudas, pero esto es un disco total, que hay que escuchar de principio a fin, palpando sus rugosos detalles con calma.

10 canciones en total, largas, espesas por momentos -como en el "...And justice for all"-, pero rápidas como en los tres primeros discos, sin baladas dubitativas, sin experimentos que no les pertenecen. Sonido Metallica 100%, con Hetfield enormemente entonado, con Kirk Hammet inspiradísimo, incluso con el amado-odiado Ulrich dando lo mejor que lleva dentro. Y, sin duda, con una mención especial para el chico que les ha dado un nuevo arreón: Mister Robert Trujillo. habrá quien piense que este chimpancé sobre el escenario no encaja en el grupo de las vestimentas negras, pero hay que reconocer que desde que él está, la energía fluye.

Como no sé por dónde empezar, lo voy a hacer al revés: "My apocalypse" es el tema más corto del álbum (5:01) y si hubiera estado en "Ride the lightning" o incluso en "Kill'em all" no hubiera desentonado para nada. Guitarras rasgadas a toda piña, con Ulrich machacando la batería a ritmos que no recordaban ni los fans más madrugadores. Buen cierre para dejar extasiado al incrédulo oyente. La anterior es un auténtico ladrillo instrumental de nada menos que diez minutos. Dicho sea lo de ladrillo en el sentido de su contundencia, su pesadez metalera y su ritmo compacto: "Suicide & redemption" será un quebrantacuellos en directo si alguna vez la tocan al completo. No te entrará a la primera, pero la irás saboreando poco a poco. El ritmo es parecido a "Orion" y los solos son de Hetfield que, definitivamente, vuelve a atravesar uno de los mejores momentos de su inigualable carrera. Las partes pausadas a medio tiempo son deliciosas.

La octava es "The Judas kiss" (8:00), con una onda muy Justice. La voz tarda en entrar, como en casi todas las canciones. El ritmo es machacón, como una trituradora a medio gas, y un ambiente enfermizo la envuelve por momentos, seguramente inspirada en el traidor que le da nombre. La séptima es una de las joyas, la más pausada y una de las incógnitas: "The unforgiven III" (7:46) empieza con un suave piano acompañado de orquestación. Mejor que la segunda parte y en dura pugna con la primera por ser la mejor de las composiciones de los sin perdón. Absolutamente emocionante. Sin llegar a ser una balada, su melodía es estupenda. Enorme Hetfield en su modulación vocal.

"Cyanide" suena muchísimo mejor que en esas primeras interpretaciones en directo que pudimos escuchar hace unos días. Sin alcanzar la cota de clásico enganchará rápido con la audiencia. Mi favorita es "All nightmare long" (7:57), intensa de principio a fin y con un estribillo de bandera con el que nos dejaremos la garganta. "The day that never comes" ya la habéis escuchado, a medida que la vas escuchando una y otra vez te demuestra que "One" no le lleva demasiada ventaja. El final es atronador y sólo quiero saber si Ulrich aguantará su interpretación en directo. Tengo serias dudas.


"That Was Just Your Life" (7:08), "The End of the Line" (7:52) -con ese final in crescendo "the slave becomes the master!"- y "Broken, Beat & Scarred" (6:25) son tres trallazos, tres puñetazos en los morros dirigidos a todos los bocazas que les dimos por muertos. Si hay que hacerle un monumento a Rick Rubin, adelante, se lo merece. Si a algo se parece esto es a la etapa pre-Black album. Empequeñecen a todos aquellos que les han querido emular. Hay que ser muy osado para componer canciones tan largas y que no se te vaya la mano. Señoras y señores, estos tíos han vuelto, y no queda otra que quitarse el sombrero y agitar las cabelleras.

No les doy un 10 creo que por pudor y porque merecen un mínimo castigo por habernos hecho esperar tanto para degustar de nuevo la felicidad. "Death magnetic" es una puta obra maestra.

(Podedes ler a crítica en galego que fixen para o portal Vieiros)
Más críticas:

- Esteban Linés en La Vanguardia : "Un periodista anglosajón escribía hace dos semanas que "Death magnetic es el equivalente musical a la invasión rusa de Georgia, un repentino acto de agresión de un gigante dormido". Es un sugerente y provocativo símil: pero el metal o heavy no es sinónimo de violencia, aunque sus coordenadas estéticas invitan a pensar lo contrario; y desde esta perspectiva reivindicativa Metallica es un ejemplo de extraordinaria buena música. Es más, con Death magnetic nos reencontramos con el grupo en su estado larva, bullicioso, épico, émulo del no menos extraordinario "…and justice for all",allá por aquellos duros ochenta. Mejor que leer, se trata de escuchar, y si se comienza escuchando por el inicio de este disco, nos encontramos con una barbaridad como That was just your life, barbaridad por excepcional".


- Adrián Vogel en Efe Eme

- Manuel Carreno en El Tiempo de Colombia

- Jorge del Amo, Ángel Ruiz y Fernando Checa para Rafabasa.com

- El Comercio de Perú

- El Rancahuaso de Ecuador