Me he enterado hace algunas horas de la muerte de Monseñor Corrado Balducci. Era una de las "máximas autoridades" en Demonología de la Iglesia Católica y se le conocía como"el exorcista del Vaticano". Tenía 85 años. Lo de máxima autoridad lo he entrecomillado porque personalmente pienso de él que era un hombre poco equilibrado. Su auténtica obsesión era Satanás (posiblemente superaba a los mismísimos Gorgoroth), y trabajó como exorcista para la Archidiócesis de Roma, asistiendo a las personas que creían estar poseídas por el demonio.
Como si de un Padre Apeles se tratara, publicó varios libros y le encantaba conceder entrevistas y pisar platós de radio y televisión, dando sus opiniones sobre ocultismo, astrología o extraterrestres, cuya existencia defendía fervientemente. Llegó incluso a pedirle a la Iglesia Católica que reconsiderara su posición en torno a este tema (desconozco si recomendó a Iker Jiménez para ello).
Pero si por algo le conocíamos era por sus constantes denuncias de los supuestos riesgos de la música rock, que en muchos casos, según su versión "incluye mensajes subliminales satánicos, que empujan al mal y al suicidio". Él señaló a John Lennon, los Stones, Nina Hagen, AC/DC, Led Zeppelin o Black Sabbath como los portadores del mal.
En su mítico e infame libro Adoradores del diablo y rock satánico escribió que "fue gente que pertenecía a grupos rock la que compuso canciones para ensalzar a Satanás y su culto, y a su vez son numerosos los oyentes de este rock satánico que, azuzados por estas canciones, terminan por dedicarse al Demonio y considerarlo su mito, su dios". Lo mejor es cómo se le presentó la idea de hacer el libro: "El 20 de mayo de 1987, en Barcelona, durante la transmisión por televisión del Ángel Casas Show, al que me habían invitado, me preguntaron, como última cuestión, si era cierto que en la música rock está el Diablo. "No existe -contesté- una música que en cuanto tal sea demoníaca; en cambio, puede haber personas que, por motivos particulares, como pertenecer a sectas satánicas, consideren que componen textos que alaban al Diablo e invitan a darse, a consagrarse a él; en ese caso, esa canción se podría llamar satánica." Era la primera vez que se me planteaba semejante pregunta. Yo ya conocía el problema, pero desde entonces le presté mayor atención".
El País contó en un reportaje de 1990 que durante una entrevista llegó a pedir que se hablara en voz baja "porque al demonio", explicaba, "no le gusta que se grite". Lo cual hace bastante improbable que al Demonio le guste el Rock, y mucho menos el Black Metal. Pero quizás lo más divertido que leí fue una entrevista con él en la que, en 1981, aseguraba que había sido "protagonista de un verdadero caso de posesión diabólica: una joven, de dieciocho años, en la que vivían diez demonios. Se trata de un caso publicado. (...) Basta a veces, para salir de la duda, decirles a los familiares que le echen a la persona que se sospecha de posesión diabólica unas gotas de agua bendita en el vaso de agua o de vino en la comida. Si tiene algún demonio dentro, difícilmente conseguirá beberla. bien se le pone una medalla de la Virgen debajo del colchón sin que lo sepa. Es casi seguro que no conseguirá dormir. Recuerdo que con la joven que yo conocí necesitaba a veces horas enteras para poder colocarle la partícula consagrada en la boca».
P. ¿Cuánto les costó echar de aquella joven los diez demonios que según ustedes poseía?
R. En realidad, sufría ya mucho desde los doce años. Los demonios le habían entrado a través de un maleficio que le habían hecho en su pueblo. Pero los verdaderos exorcismos duraron nueve meses. Y tuvimos que turnarnos toda una serie de sacerdotes. Los demonios fueron dejándola poco a poco. Nos dimos cuenta de que se había ido el último demonio cuando en una iglesia, en Roma, donde había sido exorcizada, todos sentimos un olor de podrido horrible, que es uno de los síntomas de que el demonio se ha ido. De hecho, en aquel instante la joven quedó ya libre completamente. Hoy lleva una vida normalisíma"
P. ¿Cuáles son los fenómenos que usted personalmente ha visto más sorpredentes en estos casos que usted llama de posesión diábolica.
R. Muchísimos. Una joven que había pasado sólo tres meses por la escuela hablaba perfectamente en latín y cuando yo le hacía preguntas respondía: «Aprende mejor el latín». Otras hablaban en árabe. Conocían cosas a distancia que jamás podían saber. Emitían gritos que no eran humanos. Vomitaban objetos y animales que nunca habían tragado. Demostraban una fuerza que ni diez personas lograban contener. Volaban por la habitación. Aumentaban hasta ocho veces de peso de repente. Rugían como energúmenos cuando se les acercaba algún símbolo sagrado".
R. Muchísimos. Una joven que había pasado sólo tres meses por la escuela hablaba perfectamente en latín y cuando yo le hacía preguntas respondía: «Aprende mejor el latín». Otras hablaban en árabe. Conocían cosas a distancia que jamás podían saber. Emitían gritos que no eran humanos. Vomitaban objetos y animales que nunca habían tragado. Demostraban una fuerza que ni diez personas lograban contener. Volaban por la habitación. Aumentaban hasta ocho veces de peso de repente. Rugían como energúmenos cuando se les acercaba algún símbolo sagrado".
Pero quizá esto no es lo más curioso, Balducci, que también era "especialista" en profecías, predijo en 1981, en medio del cónclave para elegir al nuevo Papa (del que salió Juan Pablo II), que era "probable que el próximo pontífice deba afrontar una tercera guerra mundial, ya que, según la profecía de Malaquías, el nuevo Papa será el del Trabajo del Sol, es decir, de la guerra atómica. A esto se une la catastrófica profecía de la Virgen de Fátima". Y, como hemos comprobado con el paso del tiempo, lo clavó.
¿Qué diría el bueno de Balducci si llegara a conocer al bruto de Gaahl? Mirad lo que le respondió a Sam Dum cuando en su entrevista para el documental Metal: a Headbanger's journey le preguntó cuál era la ideología primaria que mueve e Gorgoroth a la hora de componer
1 comentario:
Muchas gracias por el artículo, Daniel. Desconocía el libro de este buen sacerdote sobre la influencia satánica negativa del rock.
Gracias a tu artículo me lo compraré.
Saludos.
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