domingo, 14 de marzo de 2010

Crítica de "Halestorm", debut de Halestorm 7'5/10

Hard Rock comercial con voz femenina. Eso, a grandes rasgos, son los estadounidenses Halestorm, que debutaron en abril del año pasado con su primer Cd logrando una cierta notoriedad en ambiente rockeros, algo que se ha visto impulsado -por qué no decirlo- por la belleza de su cantante y guitarrista, una apariencia que ella misma ha querido explotar posando para la serie The hottest chicks in Metal de la Revista Revolver.

Musicalmente hablando, Halestorm recogen la esencia del Hard más digerible y pegadizo de los '80 y los '90 y le dan una buena capa de barniz para actualizarlo, con gran efectividad. Para que os vayáis haciendo una idea de cómo es el disco, sabed que sólo hay un tema que supera los cuatro minutos (4:04), y de los 11 que componen este Cd de debut, tres podrían catalogarse como baladas y otros dos son de un ritmo que se acerca más al medio tiempo que a otra cosa.

















Vamos, que si estáis buscando un prolongación de Simphony X o Dream theater, buscad en otros caladeros, pero si os apetece un grupo de sonido fresco, moderno y con ritmos que estarás tarareando a los 30 segundos, deberiais conocer a esta banda.

Si algo rompe el ritmo global de Hard clásico es que practicamente una cuarta parte de los temas son lentos, porque el resto es totalmente aprovechable. Canciones como "Innocence", "It's not you", "Love/hate heartbreak" (de la BSO de Transformers), "Dirty work" o quizás la más conocida, "I get off", suenan constantemente en mi equpo.





No pretendo decir que las baladas estén por debajo del nivel general, pero sí tengo la impresión de que abundan para cubrir la cuota que parece que siempre se le exige a este tipo de grupos. Como contrapartida, la cantante Lzzy Hale da buena cuenta de sus cuerdas vocales en dos canciones en las que no dosifica decibelios ni tampoco berridos. Hablo de "Nothing to do with love" y "What were you expecting?".



La banda suena bien, conjuntada, y la producción hace el resto. Consigue el sonido cristalino, sin fallos, ajustado a las exigencias del previsible oyente, pero también de los que podemos ser un poco más exigentes. Lógicamente, la chica se lleva todo el protagonismo, y apenas se abren rendijas para que el resto de instrumentistas se lleven algo de gloria personal. Pero, insisto, tampoco es un estilo de música pensado para el lucimiento, simplemente para el disfrute. Y eso no lo hacen mal. Yo creo que te gustarán.

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